Las personas con discapacidad visual y ciegos totales
compiten en dos categorías diferentes. Los jugadores con discapacidad visual
(B2 y B3) no necesitan apenas adaptaciones para poder competir. Básicamente
solo necesitan conseguir contraste de color entre el balón y el suelo, entre la
portería y el fondo, y una iluminación de igual intensidad durante los 40
minutos que dura un partido.
Por otro lado, el futbol categoría B1 (ceguera total),
necesita mayor número de adaptaciones para convertirlo en un deporte seguro y
viable para personas ciegas. Como por ejemplo:
- Balón sonoro.
- Vallas laterales que eviten la fuera de banda, salvo que el balón salga por encima de estas. Sirven además de elemento de orientación y seguridad.
- El portero es vidente y tiene delimitada una pequeña zona dentro del área de penalti.
- Un guía detrás de la portería orienta a los jugadores.
- Es obligatorio decir la palabra “voy” para evitar golpes y orientar al jugador rival.
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